Este libro, me ha parecido un recorrido muy interesante y formativo de la biografía de un emperador, Adriano (76_138 d.C) que con el pretexto de dar un “repaso” a su vida, nos trasmite sus sentimientos, vivencias, y también la evolución de una sociedad, en tiempo pasado y presente, desde su estatus de poder, haciendo gala de una memoria envidiable y apurando…, porque lo quería contar todo y el tiempo apremiaba. La sabiduría de Marguerite Yourcenar, la autora, queda demostrada, porque, a pesar, de la gran densidad de datos que nos aporta, la lectura de “Memorias de Adriano”, nos parece muy interesante y cada línea nos engancha y parece digna de estudio porque encierra pensamientos filosóficos, dignos de ser desarrollados y de que no queden en el olvido. Desde niña, está orientada por un padre que la introduce a los ocho años en las lecturas de Racine y Aristófanes y que a los diez y doce años hace que aprenda latín y griego. Ella, está latente, en cada una de las palabras del emperador, en su formación, en sus gestos, sus órdenes, sus íntimos deseos, y fue un reto ganado, pues sabía la enorme responsabilidad, que ante la magnitud del personaje se le presentaba, y pudo con su pudor y consiguiente prurito…, y, venciéndose a sí misma, terminó un trabajo, en cuya documentación pasó gran parte de su vida. El sabio no está contento consigo mismo porque conoce sus propias limitaciones…, sabe hasta dónde puede llegar y aunque quisiera llegar más lejos, pues ser sabio no quiere decir que no ambicione llegar a la perfección, sabe que no lo va a conseguir. No posee la magia de los dioses, es un sabio humano, limitado, enojado con los otros y con él mismo…, conoce sus debilidades,
MEMORIAS DE ADRANO (II) sus carencias y no las acepta, y eso es lo que le diferencia de los demás que no son tan sabios, y se conforman, no investigan. Él o ella, sabios, sí que lo hacen, quieren seguir “subiendo”, no quieren estancarse, y quieren en cada momento una luz nueva, en pos de tanta verdad, en pos de tanta ciencia todavía por descubrir, que aletargada, está esperando despertar por quienes la presienten, la intuyen y viven en continua desazón por hacerla una realidad patente y presentarla como realidad, no como sueño. En este libro del año 1951, y cuya edición de 1988 de la editorial ORBIS S.A., tengo en mis manos, se leen pensamientos, hechos palabas, tan interesantes como: “la vida para cualquier hombre es una derrota aceptada”, o esta frase de Posidonio: “frote entre dos parcelas de carne”, en su concepto de amor, (pág. 16). En la página 20 se lee: “pero lo que aquí me interesa, es el misterio específico del sueño por el sueño mismo, la inevitable sumersión que noche a noche, cumple osadamente el hombre desnudo y desarmado en un océano donde todo cambia, los colores, densidad, hasta el ritmo del aliento y donde nos encontramos con los muertos. Lo que nos tranquiliza del sueño, es que volvemos a salir de él y que salimos inmutables pues, una interdicción extraña nos impide traer con nosotros el residuo exacto de nuestros ensueños. También nos tranquiliza el que nos cura de la fatiga, pero esa cura temporaria se cumple por el más radical de los procedimientos, el de dejar de ser. Allí como en otras cosas, esa bienhechora inconsciencia, en aceptar ser, sutilmente, más débil, más pesado, más liviano y más confuso que uno mismo…” y sigue…, sigue… No quisiera que estos comentarios, a la novela que, sobre Adriano, escribe Marguerite, fuesen una repetición de sus textos, creo que sus frases, envoltura de sus pensamientos, que
MEMORIAS DE ADRANO (III) pone en boca del protagonista, no tienen desperdicio, y cuando nos dice que la palabra escrita le enseñó a escuchar la voz humana (pág. 23) y habla de los escritores y dice que mienten aún los más sinceros, Adriano dice lo que piensa ella, y como es escritora, se está definiendo, un poco, como algo mentirosa, y ser embustera, no solo no es decir la verdad, también puede ser ocultarla, como ella nos hace con el personaje, del que nos transmite su humanidad, sus pensamientos filosóficos (una muestra de su empatía con el personaje y el estudio concienzudo del mismo), sus bellas acciones y su sensibilidad y ternura ocultando o pasando de largo sus ambiciones y lucha por el poder, como hemos escuchado al autor de otra novela histórica sobre el mismo personaje, Santiago Posteguillo en el programa de T.V.E. “Página 2”, de este domingo día trece de octubre, quién en su libro “Circo máximo”(Planeta), nos desvela, además de lo bueno de Adriano, el golpe de estado contra Trajano, que le auparía al poder máximo de Emperador, y que sin escatimar ningún medio, le llevan a ese estatus, con traiciones y apartando a quienes se lo pudieran impedir, con una sola palabra, dicha ya desde lo alto… Marguerite, confiesa en diversas ocasiones, durante entrevistas, que no quiere escribir lo malo de Adriano. Lo trata como una madre a su hijo favorito, o como una amante que no ve en su amado nada malo. Podemos observar, que en unas memorias, quien habla es quien las escribe como protagonista principal y que yo diría que como personas, no solemos reconocer lo que no hemos hecho bien, sino, todo lo contrario, encontramos excusas para tener razón y exculparnos, y se puede pensar, que aunque Maquiavelo todavía no había nacido, en todos los tiempos se pensaba que el fin justifica los medios, ya que la historia, está llena de medios no muy
MEMORIAS DE ADRANO (IV) decorosos, ni honestos, ni lícitos, para conseguir unos fines que darían vuelta a la historia del momento…, y sigue siendo así. En la pág. 197 se lee: “la naturaleza traiciona, la fortuna cambia, un Dios mira las cosas desde lo alto”. Pienso que nada es perfecto y nos tenemos que conformar. El querer cambiar las cosas que nos parecen imperfectas, es un buen signo de que hay, en el ser humano, algo bueno. La palabra ayuda mucho, porque hace que nos comuniquemos, aunque la autora opine que los autores buenos mienten…, como ya he apuntado anteriormente, pero, creo que es al lector a quien le toca discernir donde está la verdad y donde está la mentira, aunque para unos habrá verdad donde los otros encontraron mentira…, de ahí, la BABEL establecida. Si Dios mira desde lo alto, Marguerite, nos dice que no nos mira de un modo justo, empático… ¿Puede Dios ser empático con un gusano, o con el hombre? Schiller nos cuenta en sus versos que si un gusano es feliz…, ¿cómo no el hombre? Creo que la mirada de Dios lo abarca todo y nos puede mirar con ojos de ser humano cuando nos mira a nosotros y con ojos de gusano o de planta y de flor cuando mira lo también indicado…, somos nosotros quienes tenemos limitada la mirada, porque solo podemos ver con mirada humana la inmensidad del universo…Todo está ahí, pero no acertamos a verlo como Él lo creó, o al menos en toda su dimensión. Adriano es muy receptivo, está dispuesto siempre a aprender y lo hace de amigos y enemigos. En este libro , Marguerite Yourcenar, simboliza muchas cosas… además de la memoria, simboliza la fuerza del poder. Simboliza la fuerza de la
MEMORIAS DE ADRANO (V) cultura en el hombre y el respeto y la admiración, por el hombre de otras culturas, que aunque rivales, él, Adriano, creé más espirituales, y con una finalidad y dimensión mayor que la propia. Representa también una autoevaluación de alegrías y pesares, también el valor que da el protagonista por lo que es él y ha tratado de ser: persona, no por su oficio de emperador, como así nos lo muestra antes de morir al dirigir sus últimos pensamientos a Diótimo: “Siento caer sobre mis dedos esas lágrimas deliciosas, hasta el fin Adriano habrá sido amado humanamente. Mínima alma mía, tierna y flotante, huésped y compañera de mi cuerpo, descenderás a esos parajes pálidos, rígidos y desnudos, donde habrás de renunciar a los juegos de antaño. Todavía, un instante, miremos juntos las riveras familiares, los objetos que sin duda no volveremos a ver…, trataremos de entrar en la muerte con los ojos abiertos…” Esta novela nos ha hecho sentir una prosa poética, en un texto histórico, en el que la autora, ha logrado, que el protagonista sea poeta, que es la aspiración que debe tener un buen político, porque, la poesía constructiva, y ajustada a una realidad, susceptible de reformar, puede hacer un gobierno justo y sin acritudes.
MEMORIAS DE ADRIANO (I)
ResponderEliminarEste libro, me ha parecido un recorrido muy interesante y formativo de la biografía de un emperador, Adriano (76_138 d.C) que con el pretexto de dar un “repaso” a su vida, nos trasmite sus sentimientos, vivencias, y también la evolución de una sociedad, en tiempo pasado y presente, desde su estatus de poder, haciendo gala de una memoria envidiable y apurando…, porque lo quería contar todo y el tiempo apremiaba.
La sabiduría de Marguerite Yourcenar, la autora, queda demostrada, porque, a pesar, de la gran densidad de datos que nos aporta, la lectura de “Memorias de Adriano”, nos parece muy interesante y cada línea nos engancha y parece digna de estudio porque encierra pensamientos filosóficos, dignos de ser desarrollados y de que no queden en el olvido. Desde niña, está orientada por un padre que la introduce a los ocho años en las lecturas de Racine y Aristófanes y que a los diez y doce años hace que aprenda latín y griego. Ella, está latente, en cada una de las palabras del emperador, en su formación, en sus gestos, sus órdenes, sus íntimos deseos, y fue un reto ganado, pues sabía la enorme responsabilidad, que ante la magnitud del personaje se le presentaba, y pudo con su pudor y consiguiente prurito…, y, venciéndose a sí misma, terminó un trabajo, en cuya documentación pasó gran parte de su vida.
El sabio no está contento consigo mismo porque conoce sus propias limitaciones…, sabe hasta dónde puede llegar y aunque quisiera llegar más lejos, pues ser sabio no quiere decir que no ambicione llegar a la perfección, sabe que no lo va a conseguir. No posee la magia de los dioses, es un sabio humano, limitado, enojado con los otros y con él mismo…, conoce sus debilidades,
MEMORIAS DE ADRANO (II)
ResponderEliminarsus carencias y no las acepta, y eso es lo que le diferencia de los demás que no son tan sabios, y se conforman, no investigan. Él o ella, sabios, sí que lo hacen, quieren seguir “subiendo”, no quieren estancarse, y quieren en cada momento una luz nueva, en pos de tanta verdad, en pos de tanta ciencia todavía por descubrir, que aletargada, está esperando despertar por quienes la presienten, la intuyen y viven en continua desazón por hacerla una realidad patente y presentarla como realidad, no como sueño.
En este libro del año 1951, y cuya edición de 1988 de la editorial ORBIS S.A., tengo en mis manos, se leen pensamientos, hechos palabas, tan interesantes como: “la vida para cualquier hombre es una derrota aceptada”, o esta frase de Posidonio: “frote entre dos parcelas de carne”, en su concepto de amor, (pág. 16). En la página 20 se lee: “pero lo que aquí me interesa, es el misterio específico del sueño por el sueño mismo, la inevitable sumersión que noche a noche, cumple osadamente el hombre desnudo y desarmado en un océano donde todo cambia, los colores, densidad, hasta el ritmo del aliento y donde nos encontramos con los muertos. Lo que nos tranquiliza del sueño, es que volvemos a salir de él y que salimos inmutables pues, una interdicción extraña nos impide traer con nosotros el residuo exacto de nuestros ensueños. También nos tranquiliza el que nos cura de la fatiga, pero esa cura temporaria se cumple por el más radical de los procedimientos, el de dejar de ser. Allí como en otras cosas, esa bienhechora inconsciencia, en aceptar ser, sutilmente, más débil, más pesado, más liviano y más confuso que uno mismo…” y sigue…, sigue…
No quisiera que estos comentarios, a la novela que, sobre Adriano, escribe Marguerite, fuesen una repetición de sus textos, creo que sus frases, envoltura de sus pensamientos, que
MEMORIAS DE ADRANO (III)
ResponderEliminarpone en boca del protagonista, no tienen desperdicio, y cuando nos dice que la palabra escrita le enseñó a escuchar la voz humana (pág. 23) y habla de los escritores y dice que mienten aún los más sinceros, Adriano dice lo que piensa ella, y como es escritora, se está definiendo, un poco, como algo mentirosa, y ser embustera, no solo no es decir la verdad, también puede ser ocultarla, como ella nos hace con el personaje, del que nos transmite su humanidad, sus pensamientos filosóficos (una muestra de su empatía con el personaje y el estudio concienzudo del mismo), sus bellas acciones y su sensibilidad y ternura ocultando o pasando de largo sus ambiciones y lucha por el poder, como hemos escuchado al autor de otra novela histórica sobre el mismo personaje, Santiago Posteguillo en el programa de T.V.E. “Página 2”, de este domingo día trece de octubre, quién en su libro “Circo máximo”(Planeta), nos desvela, además de lo bueno de Adriano, el golpe de estado contra Trajano, que le auparía al poder máximo de Emperador, y que sin escatimar ningún medio, le llevan a ese estatus, con traiciones y apartando a quienes se lo pudieran impedir, con una sola palabra, dicha ya desde lo alto…
Marguerite, confiesa en diversas ocasiones, durante entrevistas, que no quiere escribir lo malo de Adriano. Lo trata como una madre a su hijo favorito, o como una amante que no ve en su amado nada malo.
Podemos observar, que en unas memorias, quien habla es quien las escribe como protagonista principal y que yo diría que como personas, no solemos reconocer lo que no hemos hecho bien, sino, todo lo contrario, encontramos excusas para tener razón y exculparnos, y se puede pensar, que aunque Maquiavelo todavía no había nacido, en todos los tiempos se pensaba que el fin justifica los medios, ya que la historia, está llena de medios no muy
MEMORIAS DE ADRANO (IV)
ResponderEliminardecorosos, ni honestos, ni lícitos, para conseguir unos fines que darían vuelta a la historia del momento…, y sigue siendo así.
En la pág. 197 se lee: “la naturaleza traiciona, la fortuna cambia, un Dios mira las cosas desde lo alto”.
Pienso que nada es perfecto y nos tenemos que conformar. El querer cambiar las cosas que nos parecen imperfectas, es un buen signo de que hay, en el ser humano, algo bueno. La palabra ayuda mucho, porque hace que nos comuniquemos, aunque la autora opine que los autores buenos mienten…, como ya he apuntado anteriormente, pero, creo que es al lector a quien le toca discernir donde está la verdad y donde está la mentira, aunque para unos habrá verdad donde los otros encontraron mentira…, de ahí, la BABEL establecida.
Si Dios mira desde lo alto, Marguerite, nos dice que no nos mira de un modo justo, empático…
¿Puede Dios ser empático con un gusano, o con el hombre?
Schiller nos cuenta en sus versos que si un gusano es feliz…, ¿cómo no el hombre?
Creo que la mirada de Dios lo abarca todo y nos puede mirar con ojos de ser humano cuando nos mira a nosotros y con ojos de gusano o de planta y de flor cuando mira lo también indicado…, somos nosotros quienes tenemos limitada la mirada, porque solo podemos ver con mirada humana la inmensidad del universo…Todo está ahí, pero no acertamos a verlo como Él lo creó, o al menos en toda su dimensión.
Adriano es muy receptivo, está dispuesto siempre a aprender y lo hace de amigos y enemigos. En este libro , Marguerite Yourcenar, simboliza muchas cosas… además de la memoria, simboliza la fuerza del poder. Simboliza la fuerza de la
MEMORIAS DE ADRANO (V)
ResponderEliminarcultura en el hombre y el respeto y la admiración, por el hombre de otras culturas, que aunque rivales, él, Adriano, creé más espirituales, y con una finalidad y dimensión mayor que la propia.
Representa también una autoevaluación de alegrías y pesares, también el valor que da el protagonista por lo que es él y ha tratado de ser: persona, no por su oficio de emperador, como así nos lo muestra antes de morir al dirigir sus últimos pensamientos a Diótimo: “Siento caer sobre mis dedos esas lágrimas deliciosas, hasta el fin Adriano habrá sido amado humanamente.
Mínima alma mía, tierna y flotante, huésped y compañera de mi cuerpo, descenderás a esos parajes pálidos, rígidos y desnudos, donde habrás de renunciar a los juegos de antaño. Todavía, un instante, miremos juntos las riveras familiares, los objetos que sin duda no volveremos a ver…, trataremos de entrar en la muerte con los ojos abiertos…”
Esta novela nos ha hecho sentir una prosa poética, en un texto histórico, en el que la autora, ha logrado, que el protagonista sea poeta, que es la aspiración que debe tener un buen político, porque, la poesía constructiva, y ajustada a una realidad, susceptible de reformar, puede hacer un gobierno justo y sin acritudes.
Alicante 14/10/2013
Mª Jesús Ortega Torres