OBRA PROPIA

5-11-2013.- Muestra compañera Mª Jesús non envía los siguientes trabajos:

CIELO DE ALGODÓN
(Pequeña crónica de un día heterogéneo)

El cielo se ha cubierto de mil nubes, no hay nada azul,
es de algodón este cielo silencioso, y,
estáticas están, sin movimiento,
sobre un mar que ruge y clama,
pasados y presentes prodigiosos.

No se está quieto, este mar que así nos habla.
Mimbreándose en su playa, cambiará un día
llenándonos de asombro. Sus melodías,
de matices misteriosos, llegan y se van, dejan su huella.

Es otoño, y hoy han regalado, una hora, al sueño y al solaz…
Esa hora, para mí, contemplativa, paso yo mirando al cielo, mirando al mar.
Con parsimonia, pues la atmósfera está densa, desayuno y me hago mascarillas…, que la fruta da a la piel vitalidad, evita pliegues y tersa,
¡cosa sencilla!, prestando una juventud que ya no está,
 y que todos quisiéramos perpetuar en nuestra vida,
 dejando estacionada nuestra edad...

Hoy, seguro, volveré al cementerio, hay unos pinos
que quiero retratar. Son gigantes que llegan hasta el cielo
y parece que en él, quieren morar.
 Le dan vida a esa isla misteriosa, donde moran las almas
que en su viaje están. A este día no le sobra nada,
 su hora regalada, aprovechada está.

TORREVIEJA 27/10/2013
Mª Jesús Ortega Torres
  
POR AZAR

Sin orden ni concierto, los libros en la mesa,
son sabios, mas cerrados, durmiendo está el saber.
Es el azar quien deja, que se escoja uno de ellos,
y lo abres, presurosa, para saber cuál es…

¡Un libro de poesía! ¡Oh qué suerte he tenido!
Leamos un poema, ¡cualquiera estará bien…!
Tocó de amor que evoca, lejanos tristes tiempos:
recuerdos y desdenes…, el corazón se fue.

Dejamos el poema… ¡no queremos desgracias!
Nos toca, ¡ahora hubo suerte!, narrar un bello amor,
que trata de susurros, de caricias y besos
y de bellas promesas, que cumplieron los dos.

Sin orden ni concierto, los libros en la mesa.
El último poema, nos dejó buen sabor,
y seguimos abriendo, tras un libro, otro y otro,
que distraen y alimentan, nuestra imaginación


Torrevieja 26/10/2013
Mª Jesús Ortega Torres


LOS PINOS DEL CEMENTERIO, erguidos tocan el cielo,
son guardianes silenciosos, en la isla del silencio,
donde habitan los que amamos, y que también nos quisieron.

Ellos callan, aunque sientan que lloramos sin consuelo,
que por más tiempo que pase, los añoramos, queremos
y, quisiéramos contarles, con detalle los eventos
que ocurrieron desde entonces, desde el día en que se fueron.

Pero ellos, creo, lo saben todo, ¡todo!
Todo lo divisan desde el cielo…,
allí están, junto a los ángeles, que solo exigen silencio,
porque silencio requiere, desde arriba, el mandarnos unos besos…
Y los mandan.
Los envían y nos llegan hasta el templo, que tenemos al pensar
y tenemos al sentir, cuánto, cuánto les queremos…
cuánto, cuánto…, nos quisieron.

Los pinos del cementerio, erguidos tocan el cielo
y son testigos constantes,
referentes, del cariño que sentimos y sintieron.

Torrevieja 26/10/2013

Mª Jesús Ortega Torres

18-10-2013.- Nuestro compañero Antonio Fimia nos envía los siguientes trabajos:


                             REFLEXIONES SOBRE LA VIDA

Me aprietan los sentimientos cuando clarea, ayer soplaron vientos arriba en los límpidos cielos, se paseaban nubes blancas, algodonosas, algunas estáticas flotaban, otras  las más, eran espumosas  y navegaban sin rumbo, o quizás ¿alguna llegaría al horizonte y caería?.
Las nubes, como las vidas humanas, son efímeras, imagino que desde arriba las nubes mirarían a la juventud templada por las brisas primaverales, ignorantes de los destinos a los que algunas le llegaran tormentas otoñales con sus aires, a otras las tramontanas con lluvias frías y más tarde los  vientos gélidos cargados de blancas  gotas níveas que blanquearan las cumbres de sus vidas.
Algunos jóvenes con sus esfuerzo llegará a percibir la tibieza en las solanas de su vida, las que siendo antesala de cálidos veranos, ayudará a conseguir caminos llanos en los que su vida pasará en armonía con su alma.
Tengo amigos/as que precisan caminar por sendas tranquilas en las que el suelo, aun siendo de tierra no entorpezca su andar entre las gentes que pueblan sus entornos.
FIMIOSKY


CALLEJUELAS

Siete revueltas tenía
la calle de tu calle

Ni la luna nos veía.

En cada una, quién sabe
los besos que sonarían.

¡Callejuelas de la morería!
su traza siempre es un cuerpo
y entre revueltas oscuras…
---¡de eso no se enteró nadie!---

Siete revueltas tiene
y no di con tu calle,
que de la callejuela salía
la vereita al olivar!

En el camino nos perdimos
donde crece el matorral.

Af.

MI TIEMPO

Ando arañando trozos de tiempo,
queda poco por gastar del cedido
por los dioses, que impávidos
nos miran desde sus tronos de oro

LOCURA

La necesito para alimento de mi vida,
la que sin ella no respira, la miro
con la luz del día, y la suya; su luz que
es el resplandor del sol en primavera;
sus tiernas miradas encienden mi deseo
de tenerla, aspirar el aroma de su carne,
y besarla, besar su cuerpo virgen, desde
la nuca bajo hasta los glúteos duros de
sus caderas y, desde sus pies hacia arriba
entrar por los temblorosos muslos hasta
la estrecha puerta de su cielo, en la que
mi húmeda lengua gozará del placer 
de los dioses haciendo que su primer
clímax la llevará  a los cielos del amor, y el
más esplendoroso y desenfrenado deseo
la colmará llevándola a la gloria…
En el silencio la deseo, la amo,
mis noches están llenas con ella, es locura
desesperada poseerla, aunque solo sea
en sueños, que a veces son tan reales
que  creo estar en los cielos con mi amor: 
ansío ver su carnes rosadas desnudas,
gozar de la panorámica  orografía de su
temblorosa y bella epidermis, incitadas 
lomas, montes y profundas cañadas
por las que correrá la savia de su vida
cuando se desborde su manantial, 
el que llena de placer su bello cuerpo,
invadiendo los vacíos de mi soledad con
sus rosados y erectos pezones incitándome 
a beso, al mordisco suave, lento, con el que
le haré sentir el inicio de su primer placer.
Abril 2011.   AF.

14-9-2013.- Nuestro compañero Antonio Fimia nos envía los siguientes trabajos:

EL AMOR

Todo el mundo habla del Amor y de amores. Se han escrito millones de palabras en libros de poemas, relatos o historias dulces y amargas, pero cada persona tiene un concepto diferente de la palabra, una idea o un pensamiento, porque hay amor a millones de cosas, el mundo está lleno de bosques, cadenas montañosas, mares, simas y cimas, se seres vivos que pueblan el orbe, hasta en los desiertos hay cosas a las que amar, pero el más ponderado, el que más llena la mente de los humanos es el que se siente por una persona del sexo opuesto y tambien del mismo sexo, éste último nunca superará al fraternal, al que siente la madre por el hijo o él por sus progenitores…,en fin que la pasión de amar de los seres humanos es más animal que las cosas de nuestro entorno: el amor elevarlo a la cúpula de los sueños que sientes por una mujer es inane, pues que el amor se desgasta como el tiempo, a veces dura, otras es pasajero, aunque hay mentes privillejadas que desde que nace el primer brote verde en su primavera, lo cuida como a las plantas de un bello jardín,--- Rabindranath Tagore--- aunque a veces, cuando se le echa demasiado abono al amor como a las plantas, la tierra termina por matar los tallos y no llegan a madurar nunca.
Mi consejo, si es que se puede llamar así: es que cuando se crucen las miradas y a los rostros asomen lenguajes corporales con sonrisas y se vean puros y limpios los cielos, se debe ir con cuidado, hay que abonar los sentimientos con cuidado, hacer cimientos de base fuerte y caminar siempre paralelo al deseado y sobre todo analizarlo sin engañarse uno mismo, otra cosa son las aventuras amorosas que suelen ser esporádicas, pasan; pero si las repites es ya ligue que dura un verano, pero casi siempre es el deseo repentino del goce.
El Amor con mayúsculas solemos tenerlo los seres vivos—a veces, a un amigo o amiga se ama más, es el mayor y sincero amor de afectos verdaderos, sin egoísmos y siempre dando sin esperar nada a cambio---se ama a la madre Naturaleza, a los océanos, mares, ríos lagos, lagunas y arroyuelos y a los manantiales, veneros y hontanares que los surten, a los nemorosos bosques que pueblan nuestras sierras, a su variedad de árboles y plantas que con sus frutos nos alimentan. A la soledad de los campos en los que tu alma se serena con el canto de los pajarillos y el aroma que inunda el aire y a veces hasta se puede uno enamorar de una tormenta en la sierra o un maremoto en el océano, o sentir amor por los animales que pueblan la tierra, que nos alimentan y ayudan en trabajos o dan compañía a nuestra soledad.
Si amigos, podéis tener amor a miles de cosas, a las Artes de la pintura, escultura y sobre todo de la poesía y a las letras que tanto abren nuestra mente a la VIDA. Así que hay que amar a todas las gentes sean de la raza que sean, todos somos de carne y a esperar que dentro de cien años la humanidad se ame toda, que la ambición del poder que es la del dinero, se acabe, aunque no deseo un Mundo Feliz como Huxley se inventó. Y por favor, leer, leer mucho, se abrirán vuestras mentes con las letras que os llevaran a todas partes, incluso al amor. Camus escribió:

No andes delante de mí, quizá no te siga
no andes tras de mí, quizá no te lleve.
Anda a mi lado,
y sé siempre mi amigo


Yo contigo
tú conmigo
nunca el tiempo
se hará corto

TIEMPO IDO

No quiero borrar mis recuerdos
cada día alimentan mis sueños,
mi esperanza se perdió ayer en
apacibles días viendo rostros y
noches hechizadas por brisas
con espacios llenos de amores
complacidos…
¡A veces desencantados!

Hoy aunque el tiempo se fue al
pozo de los deseos, dentro quedó
grabado a fuego mi amor certero,
tal vez mi palabra hagan soñar a
los que se ilusionan ser amados.

El tiempo no cambia, las vidas sí;
un día amanece nublado, la tarde
se llena de sol y limpio el cielo,
hay pasiones complacidas y amor
desengañado.

El amor es incomprensible, a veces
es como remover caldo sin sabores,
se hunde más allá de las simas del
deseo y el sueño sube a los cielos
dejándote pisano el suelos.


El amor es
la poesía de los sentidos

af.




28-5-2013.- Nuestro compañero Antonio Fimia nos envía el siguiente poema:


NO QUISIERA

No quisiera dejar de verla
cada día, cuando llega miro
a sus ojos que me llenan de luz,
aspiro el suave aroma del cuerpo,
cuerpo relajado, aparentemente,
del que sé dentro arde una llama,
llama rebelde, que no deja salir;
espero con ansias verla un día.
Sin querer la amo,¿ ha sido amor, al
despertar de sueños? o amor otoñal,
tardío…
Mis ascuas entre cenizas estaban frías,
cuando llegó los rescoldos resurgieron
con ardientes llamaradas, llamas que
llenan mi alma de placer…
AF.


26-5-2013.- María José Ortega nos envía el siguiente trabajo:


IDILIO
 ÉL:  
 Él, reservado, constante, vehemente… Él. Él, la quería.
Bueno…, más que quererla la deseaba. Conocía su perfume: la seguía. Conocía su camino: la esperaba. Conocía su latir y latía con ella…, algo más alto, mas, etéreamente…,  pero al unísono y sin pausa.
        Él era frágil, pero lo dicho: constante, decidido…, tenaz.           
Cuando se hacía notar, a ella no le gustaba.
Ella:
        Ella era algo nerviosa, bastante cantarina…, le fascinaba Bach, del que siempre llevaba una “fuga” en los labios. Tenía un buen oído, que todos apreciaban.
         Él, siempre, la encontraba con chándal porque era muy deportista.  Necesitaba su mano,  necesitaba sus mejillas; la soñaba, la deseaba…,  no calibró que se estaba acercando demasiado. Cuando la rondaba, su corazón se tornaba taquicárdico. Ahora estaba disfrutando de su perfume, a dos centímetros  de ella;
 Ella se puso alerta…,   dejo de tararear la segunda Partita, y,
con un golpe certero,
no permitió que, el obtuso mosquito, clavara su aguijón en su anhelada mano.

TORREVIEJA ABRIL DE 2013
Mª Jesús Ortega Torres



17-4-2013.- Nuestro compañero Antonio Fimía nos envia el siguiente relato:
 DESPERTAR
        Mucho antes  que la luz rompiera lo oscuro me desperté. Empezaron a fluir recuerdos de la niñez, algunos  nítidos, otros borrosos sin definir, de ahí pasé al tiempo actual, y no sé si son deseos de verla, o curiosidad  por conocerla mejor, es ése amor tardío, el que llena la cabeza a los seniles, quizá porque en la juventud aproveché poco la vida, o demasiado, y mi corazón vuelve al movimiento de amar, unas veces a unos ojos brillantes, otras a una desconocida de garboso andar.
        No sé si la deseo, la estimo o qué; el tiempo me va comiendo la vida activa,  empiezo a tener lagunas en la memoria de la vida pasada; sé positivamente que se puede amar en todas las épocas de la vida de cada persona, es la mente la que fabrica sueños, unas veces vividos, otras imaginados.
        El tiempo pasa por nosotros y, hasta él mismo se va deteriorando con la polución ambiental.  El nuestro se deteriora con las vivencias guardadas en compartimentos estancos, a veces tan cerrados que es difícil entrar en ellos. Solo con la constancia y el afán de pervivir momentos mágicos solemos sacar a flote una noche de amor, un deseo poético de verla bañada de luna o la sonrisa mágica, de ésas que enamoran.
        Cada noche me baño en el color de mis recuerdos, algunos degradados en mil matices. El verdadero color, el amado por mí, está fuera de mi cabeza, pero detrás de mis pensamientos.
        Siempre que cavilo me adentro en el rojo, símbolo de ella en mi corazón. Me salen al encuentro del momento correos apasionados, idos, ya al pozo del tiempo; pero siguen siendo rojos como el color de la sangre que pasa ardiendo por el corazón y acelera las ansias de seguir soñando con lo que se dice siempre, “los sueños, sueños son…” pero, para mí, son el alimento del deseo, de volver a las ilusiones pasadas con los años.
        En mi corazón hay un manantial de sangre que late cada día con su recuerdo, quisiera que Tánatos cuando me lleve, me deje en la sala oscura de la vida…
        El sol se ha ido, solo queda un reflejo de luz que baña las nubes. En poniente la filomena echa su primer canto de primavera con una llamada al amor. Dicen que la Edad Media fue cuna del Arte. Petrarca la oscureció y  vivió del ayer. Así pasan mis días, rememorando todos los ayeres acaecidos en los mil caminos trillados de mi vida. Así que a veces pienso que vivo del ayer hasta que Tánatos me lleve, mientras tanto será lo que sigue:
Levanta la cara amor,
que tus ojos taladren los míos
que tu tenue sonrisa me alegre el día,
muéstrame tu boca cielo,
no aprietes tus finos labios
ábrelos al viento, y que
tu mirada apague mi deseo
de rosa a medio abrir…
Deja que un día sea feliz,
aunque solo sea en sueños.
En la noche, la soledad es oscura,
el amor reaviva el cuerpo
que en tiempos vibró
con la locura del deseo.

A.   Fimia
2012

25-01-2013.- Nuestra compañera Mª Jesús Ortega nos envía el siguiente poema:

Crónica de tres cuartos de hora

Esta noche tiene paz, no se mueve ni una hoja,
y una manzanilla aguarda. Para mí, es como una sopa.
De la tetera ha caído, súbitamente, el tapón,
lo ha puesto todo perdido, ¡vaya lata! ¡sí Señor!
Con mi cucharilla, vueltas, vueltas le doy a mi caldo…
lo he tenido que alejar, su humo me ha calentado.
Los árboles, solitarios, están durmiendo en silencio,
aunque pasa alguna moto y algún coche se ha asomado.
Hay una mesa con cuatro…, tres señoras habladoras
tienen a un pobre doncel, con la boca muy cerrada,
seguro, que así está bien…
La otra ocupada es la mía, que estoy sola todo el día,
y ¿cómo no en esta noche, en que brillan las estrellas…?
Dos chiquillas, jovencítas, están como camareras,
tienen sueño, yo lo sé, se les nota en las ojeras, en los suspiros también.
Con el Corte Inglés cerrado, no parece esto Alicante
y en esta noche radiante, se me ha quitado a mí el sueño,
Maisonnave muy atento, yo con flores, ahí, delante.
Dos chicas salen ahora, con paraguas incluido,
han pasado silenciosas, no sé de dónde han venido.
Una moto corre, corre…, el tubíto la delata,
que se escape pronto quiere, quien la guía, quien la manda.
Me he quedado aquí sin nadie. Creo que van a cerrar…,
Cuando acabe yo mi sopa, me voy, pronto, a levantar.
Alicante 9/11/2012
23,20 H.
María Jesús Ortega Torres


24-01-2013.- Nuestro compañero Antonio Fimia nos envía el siguiente poema:


A MI NUMEN

No es su edad, es toda ella,
sé que sus madrugadas
se alargan hasta que brilla el sol,
y sus noches eternas están llenas
de sueños todavía sin formar.
Irradían belleza sus ojos, me
embelesan sus miradas, aun
sin brillos de amor, de amar
con profundidad en cuyo seno
pueda darme alas para la poesía,
poemas que le lleguen al corazón,
a su cuerpo que un día vibrará con
llamaradas ardientes que aplacaran,
sé es poncella, y un día entregará
su vida al amado de locos deseos…

¡Qué temor tengo cuando regresa
a mi memoria aquel día, cuando
dejé sería y pensativa a mi amada,
quedándose mi corazón con ella!
No hay nada que con placer piense,
ni tan a menudo.

Cada día la vuelvo a ver entre
bellas nubes igual que una rosa
entre florecillas menores; ni alegre
ni apenada, quizá no tendrá mal.

Había apartado su donaire acostumbrado,
sin las perlas ni diamantes, con
ropas alegres, con su risa y canto,
su dulce hablar y amante mirada.

Así en la noche dejé mi vida en
en sueños, después tristes y negros
llegaron juicios de dolor sufrido, todo
por amar a una solitaria flor.

Af.



21-02-2013.- Nuestro compañero Antonio Fimia nos envía el siguiente poema:


SOBRE LA FUENTE

La primavera hervía colmada de vida,
saturando el aire con sus aromas.

El tiempo no borró la tarde,
ni sobre la rampa, encima de la fuente,
ni bajo los pinos de la ladera.

Allí, sobre la madre tierra,
sus cuerpos bañados por la luz
se estremecieron, quedaron tensos;
solo el suave fluir del caño
acompañó los suspiros…

El cabello suelto enmarcaba
sus trémulas carnes estremecidas.
Sus labios carnosos, abiertos para suspirar.
El brillo de sus ojos… todo incitaba a la pasión.

Sin forcejeo, con parsimonia,
nació entre los suspiros el grito desgarrado
de mujer sublimada…

En su rama la tórtola dejó el arrullo,
enmudeció el campo, la cigarra apagó
su voz, luego reanudó su chirriar.

El caño, que en segundos silenció las aguas,
volvió a su manar y la algarabía de las aves
se fundió con las promesas de amor.

A. Fimia                                                        Alicante, Agosto de 2.007






31-01-2013.- Nuestra compañera Mª Jesús Ortega nos envía el siguiente poema:


VENTANA ENCANTADA

Ni un ave en el cielo, ni una ola en el mar,
bordeo las montañas, miro las salinas,
calma en la laguna, blanco despertar.

Sueño en un amor…, dichosa fortuna!
…y,  por mi ventana, que todo se ve,
pienso en este mundo…: un mundo al revés.

No puedo voltearlo. Yo sola,  no puedo,
y no me resigno, y llorar, no quiero.
Cierro mi ventana, y vuelvo a soñar…:

si empujamos todos, todo, cambiará.
Dar normas no puedo, dar normas no quiero,
se saben, se notan, se caen de su peso.

( porque están ahí). 

Quien mueve los hilos las debe sentir,
mas se enredan éstos, de abajo hacia arriba
de arriba hacia abajo, de fin a principio,

¡de principio a fin!.

 Y…, sigue la racha, ¡cuánto resistimos!
 lo anotamos todo, todo lo advertimos
pero, en saco roto, cae si lo decimos.

Ni un ave en el cielo, ni una ola en el mar…
ventana encantada, la laguna en calma
mis salinas blancas, lo mismo que el alma
saben mis pesares y mis añoranzas, por este cantar.

     Torrevieja---Alicante
          13-19/01/2013
  María Jesús Ortega Torres


29-01-2013.- Nuestro compañero Manuel Sanchez  nos envía el siguiente relato leído en la tertulia:


UN  PUEBLO.

Es un pueblo sin plaza. Tampoco tiene iglesia, ni fuente, ni río, y mucho menos jardines.

Es un pueblo perdido en  la inmensa llanura.

Nació al borde de una carretera polvorienta,  bordada de remiendos de alquitrán.

El viento  siniestro la  azota y barre con frecuencia arrastrando las páginas de periódicos  y papeles viejos, sucios.

Trozos de plásticos agujereados y resecos saltan por las calles  estrellándose contra las paredes mugrientas.
 Las puertas de las casas permanecen cerradas tras las pardas cortinas de  austero saco.

Es un pueblo desolado. Pueblo dormitorio de los jornaleros del campo.

Posee tan poca identidad que su nombre no figura en los mapas.

Siempre tuvo las mismas dimensiones. No crece.  Se paró como un vetusto reloj.

Algún gato que otro asoma los bigotes por los huecos y ventanas que agujerean las viejas casas.

Se diría que es un pueblo carente de añoranzas. Nadie lo reivindica. Duerme en la ignorancia.

Es todo un apunte para un pintor temerario  y famoso que desee inmortalizarlo.


   Manuel Sánchez.

Alicante, 17 de febrero de 2004.


23-01-2013.- Nuestra compañera Mª Jesús Ortega no envía la siguiente reflexión:


"Breve reflexión sobre El Quijote y otros “Quijotes”

         Miguel de Cervantes crea la figura de Don Quijote, y forma, con esta figura, también su alma, su modo de ser, que le viene dada por una mente perturbada por el influjo, externo, de la lectura de los libros, entonces de moda, llamados de caballerías, que actúan como detonante.
         A su lado, nos presenta a su escudero, Sancho, que tratará de quitar hierro a la irremediable locura de su señor, y, en muchos casos, procurará evitar sus hazañas (sin conseguirlo, claro). Estas aventuras, en todo este gran compendio de sabiduría, se nos transmiten, recibiéndolas con agrado, asombro y avidez.
      El Quijote de Cervantes, está henchido del saber del pueblo, y sin ser folclórico, se pasea por la geografía española, adaptándose, a su modo, a las circunstancias que el momento requería. Al mismo tiempo, está, también, lleno de idealismo, tanto, que por cumplir sus sueños, el caballero de “la triste figura”, se enfrenta a sus propias batallas y a las de los otros, anteponiendo su deseo de justicia, a una realidad, que se ha diluido, y que su fantasía, ha hecho que sea solo de él.
          El Quijote de Miguel de Cervantes ha existido siempre
  • Quijote es quien se enfrenta a un poder que dicta, y, que haciéndolo mal, no tolera oposición, pues quiere seguir ejerciendo de tirano.
  • Quijote es quien busca la verdad de hechos y sentimientos, pensando y meditando, pero que sin dejar de conocer sus límites, los atraviesa.
  • Quijote es quien lucha en las tormentas físicas de su cuerpo, y también en las de la soledad de su alma.

      Siempre que ha habido alguien, que saca fuera su furia por sobrevivir a su modo, despreciando lo preestablecido…, tenemos un Quijote.

(Hay que estar dentro del rebaño. Si te adelantas o te atrasas, rozas el peligro de no sobrevivir).

     Sócrates (470-399 a C), fue condenado y murió, por la fidelidad a sus propias ideas y el sublime deseo de enseñar a sus contemporáneos, cómo seguir sus propios impulsos, sus propias deducciones.

    Rodrigo Díaz de Vivar conocido como el Cid Campeador (1040-1099), y aunque,   afirmándose que el juramento de Santa Gadea, que le hizo hacer, al rey Alfonso VI, de que no había tomado parte en la muerte de su hermano Sancho II, es mera leyenda, demostró en su trayectoria vital, una valentía inusual, contándonos la historia, que fue desterrado porque al repeler las tropas andalusíes, se adentró en el territorio de al-Qadir, protegido de Alfonso.

    Copérnico (1473-1543), con su teoría “heliocéntrica” y Galileo Galilei (1564-1642), con su gran interés para su publicación, en una época en que la inquisición, no perdonaba a nadie, fueron unos héroes a quienes la humanidad, le debe, las bases de su progreso en las ciencias astrofísicas, inventos, descubrimientos, y poner los avances investigados, en el sitio que les correspondía, ante una iglesia, dogmática e intransigente con todo lo nuevo, porque representaba un peligro para su supremacía.

   Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616), tiene, durante toda su existencia, una vida llena de aventuras desdichadas. Él mismo fue Quijote, antes que el protagonista de su novela. Es un perdedor porque se implica, no solo en lo que le concierne, sino también, en lo que atañe a otros, ya que, según su biografía, siempre era él, quien, conscientemente, se sacrificaba por los demás. Su conducta fue ejemplar y edificante, como la de los personajes citados anteriormente, y escogidos aleatoriamente, de entre tantos “Quijotes” históricos y coetáneos.

      Quijotes somos todos nosotros, cuando luchamos contra destinos, que se nos adjudican, pero con los que no nos conformamos.

Alicante 22 de Enero de 2013
María Jesús Ortega Torres


18-01-2013.- Nuestro compañero Antonio Fimia nos ha enviado el siguiente relato:


REFLEXIONES SOBRE LA VIDA

Me aprietan los sentimientos cuando clarea, ayer soplaron vientos arriba en los límpidos cielos, se paseaban nubes blancas, algodonosas, algunas estáticas flotaban, otras  las más, eran espumosas  y navegaban sin rumbo, o quizás ¿alguna llegaría al horizonte y caería?.
Las nubes, como las vidas humanas, son efímeras, imagino que desde arriba las nubes mirarían  a la juventud templada por las brisas primaverales, ignorantes de los destinos a los que algunas le llegaran tormentas otoñales con sus aires, a otras las tramontanas con lluvias frías y más tarde los  vientos gélidos cargados de blancas  gotas níveas que blanquearan las cumbres de sus vidas.
Algunos jóvenes con sus esfuerzo llegará a percibir la tibieza en las solanas de su vida, las que siendo antesala de cálidos veranos, ayudará a conseguir caminos llanos en los que su vida pasará en armonía con su alma.
Tengo amigos/as que precisan caminar por sendas tranquilas en las que el suelo, aun siendo de tierra no entorpezca su andar entre las gentes que pueblan sus entornos.

FIMIOSKY


17-01-2013.- Nuestro compañero Antonio Fimia nos ha enviado el siguiente relato:


REFLEXIONES

Me siento inope como en las comedias, el haraute, hasta el extremo de que malamente actúo ante un selecto público, lector de libros, a veces mal estructurados por autores, ilusos escribidores que compusieron historias leídas a compañeros de letras con suficiente discernimiento y calidad.
Todo en la vida es teatro, desde que los griegos volaron en los espacios vacíos de su tiempo, con su imaginación filosófica, fueron rellenando con su cavilación y otros en los silencios ruidosos de sus noches escarbaron en los pozos de sus conocimientos y vivencias dejándonos un caudal fabuloso, base del conocimiento.
En mi vida hay días, que cuando se levanta el telón y oigo el prolegómeno de la lectura de un libro, analizado palabra a palabra y profundizando en el miajón del arte de otro, en cada oración y en el mensaje del autor, suelo conocerme en mi ignorancia supina de los libros, sus escritores y lo que quisieron decir con sus exactas frases a los lectores apasionados.
La verdad, os confieso que tanta diatriba me abruma y me doy cuenta de las envidias de críticos malos y escritores mediocres, pues yo cuando leo un libro ameno que me dice cosas ignoradas por mí, y sobre todo la forma de decírmelas, disfruto mucho, y no se me ocurre analizar al autor y a su libro, si alguien se lo imprimió fue porque merecía la pena y también porque además de la fama, detrás va el dinero.
  1. Fimia
  2. 2013

04-01-2013:- Un poema de nuestro compañero Antonio Fimia:


UNA FLOR

Es una pequeña flor:
Hay que dejarla crecer,
que se alimente de la
madre tierra, se espigará
su cuerpo y con la generosidad
de los soles se bañará en su luz
y en las noches la luna besará
su piel, las estrellas refulgirán
en sus negros ojos que
transparentes enviaran
mensajes de amor en busca
de realizar sus sueños…
af.


12-12-2012.- Mª Jesús Ortega nos envía los siguientes trabajos:

OCHO MINUTOS

             Las leves ondas del mar, convergen y reposan en mi playa… ¿Vienen con retraso…? No sé, pero sí sé, que su luz, la liviana luz de su azul superficie, nos llega, diferida ocho minutos, porque son éstos los minutos que tardan los rayos del sol en llegar a nuestro amado planeta.
            Ocho minutos bastan para convertir un rayo de sol en una estrella en el mar. Hay miles de estrellas, en la superficie del mar, en esta mañana de invierno.
           Las gaviotas parecen pasear ¿indiferentes…? y sobre estos rayos de sol pululan, pululan, sin cesar, mis gaviotas, animadas por el mimbrear constante de la superficie mediterránea.
           Los peces asoman sus cabezas, a veces sus colas, para recibir estos rayos, que dan luz y calor a estas gélidas aguas, en invierno.
           En la playa, algún pensativo paseante, y, de tarde, en tarde, aparece un chándal corriendo…, tal es la prisa, que no se ve a la persona, se ve el atuendo que porta, símbolo de su tenaz ejercicio, que servirá para hacerle conservar la línea y la salud…(“quien mueve las piernas mueve el corazón”).
Porque, en ocho minutos, puede comenzar una vida, también puede terminar, y, aún en menos: en una fracción de segundo.
           Porque, en ocho minutos, se puede llegar a una guerra o a un acuerdo de paz ¡OJALÁ!
        En tiempos de paz, al ser humano le gusta cuidarse, y, en un alto porcentaje, si el tiempo acompaña, aprovechamos, para hacer algo de ejercicio al aire libre y alargar así, el pago de la factura final, que pone más precio a los anquilosados por su pasividad.
          En tiempos de guerra, nos cuidamos de ser absorbidos, por ésta, con camuflajes y con billete solo de ida. No hay tiempo de parar y contemplar la naturaleza. La belleza de los paisajes, nos hace recordar tiempos mejores, pero seguimos sin volver la cabeza…, hay que huir de un bombardeo como de una persecución individual o colectiva. Correr, correr, correr…, volar, volar, volar. Esconderse, ¡hay que salvar la piel!
        Ha habido muchas guerras, ¡demasiadas!, y, por lo visto, en vez de cesar definitivamente y desaparecer para no acordarnos de ellas, en cada nuevo año, brotan nuevas guerras…, niveladoras implacables de la demografía mundial.
          La luz no la vivimos en presente sino en pasado. Un pasado inmediato y me pregunto: ¿qué son ocho minutos comparados con la Eternidad…? NADA, pero también MUCHO…
      Porque, en ocho minutos, podemos comenzar a amar o también, podemos admitir que ya no amamos.
Porque, solo se necesitarían ocho minutos, para que quienes se reúnen a platicar sobre nuestro Planeta y sus necesidades, se pusieran de acuerdo y no dieran tantas vueltas, que duran décadas, en prohibir todas las sustancias contaminantes que nos están minando tanto a nosotros como a nuestra Tierra.
    ¿Se necesitan ocho minutos para que la mirada taciturna de HUMPHREY BOGART, que tengo enfrente en una agradable fotografía, volviera a mirarnos y decir lo que nunca dijo?
     Seguro que serán más, de ocho minutos, los que yo precise para plasmar en un papel acuarelable (“GUARRO”), esa mirada retraída y reservada, que a mí me parece, además, expectante, como la de todos nosotros.

TORREVIEJA 25/11/12
María Jesús Ortega Torres
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La cucarachita”

Encontré una cucaracha, allá donde no debía,
había sido vivaracha, mas ahora, inerte yacía.
Atravesó un viejo armario, más no pudo regresar…

Ahora, la pobre, dormía como fósil…, pequeñita,
arcaico sueño, eternal. Momia difusa, y bella,
la cucarachita humilde - más seca que la mojama-
su negritud me mostraba, el angelito animal.

Dignos restos para un duelo, pensé yo al notarla muerta…,
y aunque su especie repele, a mí no me repelió.
Marchose, ha tiempo, quizá, yo desinfecté su lecho.
Posiblemente, de abono, algún día tornará.

La cucarachita, chiquita, negrita, patitas desparramadas…,
despojo infernal del cielo, estoy segura que en éste tú estarás
porque hay cielo para el hombre, y para el mundo animal.

Alicante 30-31/10/12
María Jesús Ortega Torres



7-12-2012.- Mª Carmen Llavador nos envía el siguiente poema:


        Aguijoneadores nocturnos

Zumbando, planeando vais, como los halcones,
pertinaces, obstinados, mosquitos trompones.
Interrumpís mi sueño con zumbido de alas
deshaciendo el silencio de mi hora sagrada
o buscáis el momento de atacar bajo la mesa,
avizorando, oteando, como las aves de presa.
Surgís en los crepúsculos, cuando el sol declina,
emborrachándoos a placer con mi savia divina.
¡Cómo se os infla el abdomen con la sangre succionada,
cómo me dejáis las piernas de picaduras libadas!
¡Vaya inocencia la mía, tan sólo las piernas digo,
si aguijáis en todas partes, a veces, hasta el ombligo!
Esperáis pacientemente a que decline el día,
que me tumbe en la cama y a empezar la fechoría.
A la hora de la embestida, unidas, y en escuadrón,
las hembras hematófagas succionan con fruición.
El yelmo llevaré puesto el día de mi venganza
como si fuese un don Quijote blandiendo su lanza.
Nada me va a importar paredes, los lindos espejos,
poco me van a inquietar las lámparas y azulejos.
Tan sólo en mí vive el deseo de mi venganza final,
de chafaros contra el techo para poder descansar.
¡Vade retro, malandrín aguijoneador nocturno,
merodeando mi oreja, picoteando mi muslo!
¡Repulsivo, repugnante mosquito infecto, de
patas largas, de finas alas y aguijón siniestro!
Rascándome rabiosa la dermis me he desollado,
crispada y colérica me convierto en ser malvado.
Mas, aunque reacia sea a quebrantar la ecología,
mucho temo he de acabar de lleno en la droguería.
Si mi ingenio se alzase con la fórmula magistral,
me encumbraría el mundo subiéndome a un pedestal.
¡Ah! y como al fin consiguiese eliminaros a todos,
vuestra venganza sería... ¡¡más agujero de ozono!! 
Maricarmen Llavador


7-12-2012.- Mª Carmen Llavador nos ha enviado el siguiente relato:


ESPÍRITU EMPRESARIAL

          Yo tenía un ático en Carolinas Altas; un ático con una terraza que rodeaba casi toda la fachada del edificio. Medía treinta y tantos metros por siete de anchura. Una terraza amplia, alargada, soleada, orientada a Mediodía. Una orientación que le proporcionaba la suficiente calidez en invierno y frescor en verano como para considerarla un invernadero. La mirase desde donde la mirase era perfecta; impermeabilizada contra viento y lluvias torrenciales. Desde ella me deleitaba durante el día viendo el mar y, al anochecer, la corona iluminada del Castillo de Santa Bárbara. Yo estaba enamorada de aquella terraza.

          Han pasado unos cuantos años pero todavía recuerdo aquel día de locura en el que me dio por pensar que aquel espacio podría utilizarlo para crear un huerto urbano con el que conseguir un dinerillo extra. Primero sería proteger la tierra con pequeños tabiques para que no se desparramara. Una tierra bien abonada para obtener un buen cultivo de invernadero.

          Y cada día ganaba peso la idea de convertirme en empresaria. Antes debía
convencer a mi pareja que, cuando le hablaba de mis ideas era como si me dirigiese a la pared. “Quítate eso de la cabeza que no son más que ideas estrambóticas”, me decía impasible. Pero yo no me inquietaba porque era la misma actitud que cuando le propuse lo del jacuzzi.

-¿Un jacuzzi? ¿Para qué queremos nosotros un jacuzzi? —me contestó airado.
-¡Para qué va a ser, para relajarnos, no pensarás que para decoración!-respondí irónicamente. Después añadí suavizando mis palabras— Reconoce que el lugar es idóneo. Mira, parece que lo estoy viendo: con nuestra parcelita de césped sintético, como en Japón, un par de tumbonas, una sombrilla, la mesita, un GinTonic…, qué quieres que te diga si vamos a ser la envidia…

          Se me quedó mirando fijo a los ojos y se echó a reír.
          Al final me salí con la mía porque las mujeres tenemos ese don congénito de persuasión pero me costó lo mío convencerle, ya que no había forma de que me diese la razón. De todo, me dijo de todo, caprichosa, antojadiza, manirrota…    Pero yo, erre que erre y con algún arrumaco, le convencí. Si uno no quiere dos no se pelean le decía pasando por alto toda la sarta de palabras que me dirigía, hasta que lo harté y cedió.
          Yo reconocía que, cuando bullía algo en mi cabeza crecía como una esperanza de embrión y me trastornaba de tal manera que no paraba de cambiar los muebles de sitio o pintar paredes, una sinrazón que ni el mismo psicólogo lograba entender. Aunque con el segundo jacuzzi tuve un acierto y lo disfruté deshaciendo en él las tensiones acumuladas por las intranquilidades diarias de tanto sinsabor económico, climatológico, medio ambiental, político…

          Y lo que son las cosas de la vida, tanto impedimento como me puso y a él no había forma de sacarlo de allí; se leyó los tres tomos de Millennium en un pispas, prácticamente sin salir del agua. Un día, todavía lo recuerdo como si fuese hoy, faltó un tris para que tuviese que llevarlo a urgencias; se quedó traspuesto dentro del agua; la piel tan reblandecida que me recordó la carne macerada, amoratada a más no poder. ¡Qué susto me dio, madre mía! «¡Ya te vale y eso que no querías el jacuzzi, si lo llegas a querer!» le dije mientras lo envolvía en el albornoz para rehidratarlo.

          Reconozco que a raíz de aquel incidente estaba más suave, como su piel con tanta rosa mosqueta. Y yo perseguía mi sueño con tanto ardor que pasaban las semanas como si anduviese entre nubes. Pero no sabía cómo entrarle con lo de mi proyecto después de que en su empresa aplicaran el ERE. Se hallaba bastante deprimido, muy susceptible y no era para menos porque el paro en breve expiraba y la perspectiva de un nuevo trabajo, nula.

          El plan del Gobierno de crear empleo, era pura ficción, lo sabía todo el mundo. Encima yo machacándole a toda hora con mi proyecto de un invernadero. Al final conseguí convencerlo no sin antes discutir lo suyo sobre lo que íbamos a sembrar para que fuese rentable. Buscando información de aquí para allá fue animándose y su estado depresivo mejorando. Lo cierto es que con tanta página web le quedaba poco tiempo para pensar en otra cosa que no fuese lo que llevábamos entre manos. Tuvimos que adquirir ordenadores de alta tecnología diseñados para el control de la calefacción, ventilación, concentración
de CO, del lugar que queríamos acondicionar…

          Transportar la tierra no fue tarea fácil, tengo que reconocerlo. La fuimos subiendo en sacos de veinticinco quilos, escalón a escalón, ochenta y tres escalones cargados como mulos. ¡Menos mal que teníamos el jacuzzi para nuestros músculos doloridos!

          Nos iba, nos venía y nos rondaba la idea de sembrar marihuana. Pero dio la casualidad de que por aquellos días el periódico Información sacó la noticia del desmantelamiento de un invernadero de cultivo hidropónico, 31 plantas de marihuana, en un domicilio, realizado por Agentes de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado de Alicante. Aquello nos echó para atrás, y es que en el fondo somos unos caguetas.

          Desechada esa idea barajamos la de sembrar pepinos pero tampoco nos gustó. Nos vino a la memoria la mala imagen que originó la canciller alemana con lo de la bacteria E. Coli. Rechazada esa posibilidad pensamos entonces en los tomates Resistentes A Fusarium, que es un hongo que vive en la tierra, por cierto que fue entonces cuando me enteré de que eran las siglas de los tan cacareados tomates RAF. Recapacitamos y tampoco nos convenció porque los Raf se cultivan a mansalva en Almería y nunca podríamos competir con ellos. Así, uno tras otro, eliminábamos cultivo tras cultivo hasta que, al final, nos decantamos por lo que creíamos iba a ser lo más rentable por rendimiento y productividad. ¡Qué ignorantes! Con el resto de nuestros ahorros adquirimos las semillas, ecológicas, por supuesto.

          Hasta aquí, todo bien. Pero ¡ay! ya teníamos la crisis encima y el mercado marcaba el precio y las plantitas no se vendían y las plantitas seguían creciendo y creciendo. Estaban tan protegidas y tan adaptadas que los arbolitos comenzaron a desarrollarse y había que añadirles más tierra si no queríamos que se echasen a perder, así que vuelta con los sacos. Un día decidimos ponernos en contacto con las fábricas de Villajoyosa, por si acaso les interesaban. No hubo nada qué hacer; ellos importaban el cacao directamente de Brasil. Qué ruina. Las raíces y el peso de la tierra traspasaron los ladrillos de la terraza que desplomaron el techo del vecino, que nos denunció. Tuvimos que mal-vender el ático para pagar los destrozos. Al final logré que se hiciese cargo la CAM pero con la condición de que teníamos que invertir parte del dinero obtenido en cuotas participativas.
         
          Hasta con eso tuvimos mala suerte porque con la quiebra de la entidad, todos los bonos se quedaron en agua de borrajas.
          Qué desasosiego, sin casa y pagando un préstamo con intereses. A partir de entonces cerré la boca y no dije ni mu. Sin embargo, he de reconocer que él me apoyó en todo momento e incluso aseguraba en aquellos instantes que, mientras permaneciésemos unidos afrontaríamos cualquier adversidad; juntos hasta que la muerte nos separe, contigo pan y cebolla, bla, bla, bla… Qué romántico ¿Verdad?
¡Ya! …

Mari Carmen Llavador


4-12-2012.- Antonio Fimia nos ha enviado el siguiente realto:

MADRUGADAS 

Ando siempre en la soledad sonora de mis pensamientos que, a estas horas y antes que el alba coloree allá a lo lejos de la mar, dónde se besan cielo y tierra y se vea claro el ondular de las olas, con ese constante vaivén, incansable, que comparo con mi persistencia en los recuerdos, recuerdos idos de días que dejaron huella en mi vida. Recuerdos que se encastraron en la memoria y que morirán conmigo, fueron breves, pero algunos momentos hicieron que mi corazón latiera acelerado.

Con el paso de los días, uno cree que el dolor se amortiguará y que al rememorar algún pequeño detalle de su cara, un movimiento de su pelo o una mirada perdida en el espacio, dejará de atormentarme el deseo de verla, de tenerla a la vera y de aspirar su perfume de sensual de mujer.

Es mujer apasionada que siempre, a tu lado creías comulgaba con tus deseos, pero que estaba en otra onda de su vida, de sus vidas, pues que, es una mujer de vidas pasajeras, no se amarra en el tiempo con ningún amor, quizá sea que sobre su existencia pesa más, manda y ordena el sexo, nunca el amor verdadero, el de morir en los intentos de vivir la pasión de amar, aunque solo sea en sueños.

Quizá en su cercana juventud hubo desvaríos del corazón, pero que el tiempo aplacó y siempre buscó más un sitio en el sol de la vida cotidiana que en un rincón de las nubes que pasan raudas a morir en montes lejanos.

La vida nos juega malas pasadas, tenemos un espíritu intangible que no se doblega al entendimiento, vive y va a su albedrío por caminos insospechados en los que solo manda el deseo poético del amor. Cuando te atrapa la magia del amor y las madrugadas se hacen eternas en esperanzas, esperanzas que no llegaran nunca, esperas que la luz asome por levante para iluminar lo cotidiano y ver de enajenarte algo del sueño. De ese sueño que lacera las entretelas del cuerpo, de ese dolor que penetra por el estomago y sale por arriba por el corazón latiendo acelerado por el deseo…

Esperas el amanecer como agua de lluvia en campos resecos, piensas que lo cotidiano de la caza o el gozar de la naturaleza calmará tus ansias. El día se hace largo, tedioso en inacabables horas, cómo si estas fueran estirándose para alargar la luz del día.

La maraña de tus pensamientos, intercambian recuerdos de la niñez, juegos de niños en los arroyos o hurtando frutas en las almunias, gateando esbeltos pinos a por sus frutos o nadando en los remansos.

Cuando sentado bajo el fresno miro la tarde y veo como aprieta al sol que cae tras las lomas, veo a lo lejos el vuelo reposado de un azor, será su ultima pasada sobre el pinar, pronto descenderá a posarse en la rama; los espacios azules van perdiendo el color, se va atenuando y arriba en lo alto brilla le primer lucero, es cuando mis locos pensamientos empiezan a temer lo oscuro de la noche. Sé que será larga, angustiosa, en la que los recuerdos se mezclaran con los deseos y los sueños pasados irán a engrosar el pozo de mis desdichas.

Af-2009

7-11-2012.- María Jesús Ortega nos envía esta poesía:


La golondrina subió, subió a mi ventana.
Rozó mi brazo y se marchó.
Voló en picado, el aire la ayudaba,
yo la veía, yo la veía ir y venir
¡¡Me conquistó!!

Yo, como la golondrina,
voy y vengo en este mundo…
Soy la vida que te roza
y te da tu bienvenida.

Yo cantaré en tu ventana siempre,
si quieres oír…
¡¡Párate!!, no pasa nada…
Mirar a la golondrina, no es baldío tiempo,
es: invitarte a vivir.

Torrevieja 5/11/2012
Mª Jesús Ortega Torres


21-10-2012.- De nuestro compañero A. Fimia:


ASÍ LA VÍ

Esta mañana vi reflejos de sol
sobre mi balcón, se asomó por
el monte Benacantil, más tarde,
cuando la vi tras el mostrador,
me deslumbraron sus rútilos
cabellos, pero cuando la miré
me embaucó su rostro fino y
transparente ¡pero al ver sus clisos
rutilantes, creí en los querubines!
Me sentí poeta y los que amamos
la poesía, esos rostros de bellas
y cálidas miradas nos inspiran.
¡Son nuestras Musas!
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UN SOPLO DE AIRE

No sé quien fue el que dijo “la música mansa las fieras” soy de la opinión que los seres humanos somos más fiera que los depredadores, que en la selva solo cazan para alimentarse, pues que, un león mata un gamo, empieza a comer, reparte con la familia y si en ése momento a cinco metros hay más gamos, no se le ocurre matar a ninguno. En cambio el hombre es depredador desde sus primeros tiempos. Hoy día hay otras formas de depredar, es por la ambición del poder, y el dinero que es poder, a veces da asco oír hablar de él.
Os envío es de verdad un aire limpio, de libertad, Todos los pueblos y ciudades del mundo deberían practicar esa forma de confraternizar. Creo que lo dije el otro día, para mí sois todos mi familia, sin distinción de clase, religión o política, sois, somos, persona y espero que algún día la humanidad se abrace por completo.



AIRE

Aire, tú viste nacer el mundo, eres más viejo que el tiempo, moviste la primera hoja del primer árbol, peinaste las crines de los dinosaurios. Te calentó el primer sol  en el vacío mundo, agitaste  las revueltas melenas de nuestros ancestros. Fuiste viento fuerte, viento  huracanado en los mares, formando terribles galernas en las costas y por tus limpios espacios navegaron tsunamis terribles; has besado millones de olas encrespadas en la mar y barrido la hojarasca de los bosques. Has visto crecer la humanidad. Cuando el hombre se hizo mayor empezó a cavilar sobre lo que lo rodeaba y tú siempre estabas ahí, envolviendo con tus brisas los días apacibles y despeinando la vida con  vendavales.
Has transportado en rachas cortas, miles de beneficiosas semillas y  polen para fecundar campos y bosques: has oxigenado las aguas de los arroyos, ríos y manantiales del mundo, y has dejado que entre las nubes vuelen las aves.
Cuando te enfadas eres ventarrón, huracán terrible que asola las tierras que visitas dejando tras de ti muertes y desolaciones. No conoces a las gentes, tratas por igual a ricos  y pobres en tu desenfreno. Formas ventiscas con la suave nieve que dejan las blancas nubes. Volteas arriba en los arboles, sacudes sus copas echando al suelo hojas secas, quiebras ramas y arrancas matorrales, arbustos y dejas árboles heridos; no tienes piedad con nada ni nadie en tus furias. Arrastras por los cielos nubes oscuras cargadas de agua o blandas como el algodón y en los desiertos cambias las arenas de lugar.
Entraste por los intersticios en las altas torres de los castillos, y en sus salones de armas fuiste testigo de millones de palabras, de preparativos de guerras, y alentaste con su liviandad  palabras de amor. Fuiste testigo de amores secretos, de celos terribles y de muertes horrendas; por tu vacío cuerpo pasaron millones de balas, obuses y mortíferos misiles en las cruentas guerras de los hombres vistes a los asesinos de niños y gentes buenas.
Pero también fuiste brisa cálida en  primavera, transportaste el perfume de las flores y de la yerba recién cortada: por los vacíos espacios enviaste los sonidos alegres de canciones, los lamentos de las viudas y el doblar de campanas; en noches de luna llagaste en volandas con el canto del cárabo y aullido del lobo y sobre todo supiste de palabras de amor susurradas en las noches de luna...
Usas nombres sonoros, tramontana, solano, levante, lebeche, norte, sur, poniente, terral, solano, alisios, colado…y hay personas que con tu nombre presumen,” se dan aires de importancia y no son nadie…”
Sin ti la vida acabaría y si pudieran leerte podrías contar la historia del mundo desde sus  albores a nuestros días.

António Fimia

19-10-2012: A iniciativa de Mª Jesús Ortega incluimos aquí unas poesías de nuestra amiga y antigua compañera TERESA MOLINA PASCUAL, recientemente fallecida (q.d.e.p.):


“Historia de una trapera” 

La abuela Candelaria se quedó viuda,
con treinta y ocho años, casi una niña.
Viuda de un limpia botas, que le dio hijos,
bonitos y lustrosos, hay que decirlo.

La abuela Candelaria fue una trapera
de trapos finos, que cambió por los platos,
que cambiaba por loza,
para el sustento de sus muchachos.

La abuela Candelaria
vino cargada, día tras día,
su nieta la esperaba con alegría
y la ayudaba a escoger los trapos,

sus finos trapos,
que ella vendía.
Que gran mujer fue la abuelilla,
siempre de negro, con delantal,
que ella cosía fina puntilla.

Fueron años difíciles,
los de la guerra,
Candelaria dormía
encima de un saco

de ropa vieja,
de ropa limpia.
Fue una promesa
que ella tenía, 
esperando a su hijo
día tras día.

Fue amante de su tierra,
Le gustaban los toros
y las hogueras.

La abuela Candelaria
fue bullanguera.

Me la cuentan sus nietas,
esta historia tan bella de la trapera,
que con sus trapos y con su loza,
mantuvo a cinco hijos sin otra cosa.
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MUJERES EN LA GUERRA (Dedicado a mi Madre)

Robaron mi conciencia.
No supe quién era
durante aquella guerra.

Nunca supe mirar a la luna
ni a las estrellas,
ni a aquellas nubes blancas
que lloraban de pena.

Viví atormentada, entre cárceles,
rejas, muertes de madrugada,
y lutos de mujeres
entre hambre y pobreza.

Mujeres silenciadas,
vacías sus cabezas.
Silencio en los sepulcros,
sin flores,  con cadenas.

Tengo ahora libertad
y miro las estrellas.
¡ La luna está tan bella!,
y luego amanecer y ver
crecer la hierba.

Mi madre ya no está,
murió de tanta guerra.
Era joven y bella.
No vivió la libertad
ni miró las estrellas,
ni el cielo tan azul
ni las cosas pequeñas.

Con rabia recuerdo tantas cosas
que remueven mi pena.
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“CANTARES”

QUIERO VERTE, QUIERO VERTE,
cuando la luna se esconda,
con el rumor de la fuente.

No te vayas a dormir
que es noche de Luna llena.
Quiero llevarte a la playa
y arroparte con la arena

La Luna bajó a la playa.
Alumbra la fina arena
cuando juega con el agua.


AL ALBA ESPERA LA NIÑA
al mocito en la ventana.

La barca enfila el puerto.
En su panza,
un montón de plata viva
para ofrecer a la amada.
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 “MISERIA DE ANDALUCÍA”

La mujer viste de negro.
Su entorno, la casa blanca
que ella cuida con esmero,
como si fuera de plata.

El hombre quema su vida
entre el alcohol y la cama.
Mujeres de toda España,
quitaros esos manteos

que no  nos sirven de nada.
¡ Qué arquitectura, Dios mío!
sin arquitectos, sin trampas.
Con manos y mentes libres,

y a la noche, la guitarra.
Cuando aparece la noche
y la luna ya muy alta
un niño llora, agarrado,

junto a la mujer de negro
que permanece callada,
con un grito en la garganta.
El hombre con su guitarra,

mira a la mujer y al niño
y tampoco dice nada,
pero por su cara corren
unas lágrimas saladas.


Aquí, desde mi casa, yo veo a los de enfrente…
Los niños corretean, se asoman inocentes.
La mujer tiende ropa de hijos y marido.
Casi nunca se sienta.

Aunque parezca raro, ni un libro entre sus manos.
Su marido descansa
tumbado en una cama.
Delante de una tele,
que le embrutece el alma…
¿solo se comunican cuándo van a la cama?

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ME GUSTA LA LUNA BLANCA

Me gusta la luna blanca
la veo desde la cama.
Se me acerca despacito
y hasta me toca la cara.

Hoy me ha dicho--en secreto—,
que ya no viene mañana.
No le pregunto porqué,
suele ser muy reservada.

Ella viene y se va.
Ella viene y se va,
y me acaricia la cara.
¡Ay qué loca está la luna!
  se acuesta de madrugada.
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A MI NIETA

¡ Yo te saludo, María ¡.
Que niña tan deseada,
tan querida, tan soñada.

Vive y goza como quieras,
porque eres,  criatura
ciudadana de primera.

Y yo te quiero ver
y decirte muchos días
¡yo te saludo María!.

Desde la noche a la aurora,
hubo cantos de guitarras.
Hubo piar de palomas,
hubo alegría en la casa,

porque ha nacido María,
esa niña deseada.
Y yo te quisiera ver
y decirte muchos días :
¡ yo te saludo María ¡
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“Locomotoras antiguas”

Locomotoras antiguas
yacen en algunos parques,
para deleite de niños
y nostalgia de los grandes.

Sus humos y carbonillas
se quedaron en el aire.

Era un sueño, un deleite
ver como pasaba el tren,
soñaba yo con el viaje
que luego no iba a hacer.

Yo viajaba muy deprisa
sin salir de la estación,
hice un viaje muy precioso
hasta con tu ilusión.

Unos subían, otros bajaban,
nadie lloraba, más bien reían.
Un buen día, hasta la banda tocó,
cuando vino el Presidente
a inaugurar  una fuente
de Cultura, ¡ sí Señor!.

Todo esto se acabó.
¿Dónde estarán los carteles que decían?:
“Peligro, no asomarse al exterior”.
“Ojo con la carbonilla”
de lo contrario,
tendrá que ir al oculista.

En el  pueblo en que viví
hubo una estación preciosa
con campana que tocaba
un señor, que también cuidaba rosas.

Una de mis diversiones
era ver pasar el tren,
y soñar con un viaje
que luego, yo,  no iba a hacer.
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“LABRADORES”

La luna ya está en lo alto,
con una noche muy negra
sonríe burlona y grave,
acompañada de estrellas.

La gente sencilla y lenta,
está cerrando sus puertas,
pensando en el nuevo día,
en el otro, que amanezca
lleno de sol y de fuerza,
para volver a sus tierras.

La luna sigue en lo alto.
Coquetea con la hierba
que cargada de rocío,
espera pronto la siega.

Todo pasó,  en un instante.
Invadieron la dehesa
los tractores infernales
aplastando a la amapola
que adornaba todo el valle.

La voz humana calló,
e  igual calló la cigarra
y el pequeño gorrión.

La noche se hizo más negra,
la luna volvió a salir,
está triste, no sonríe,
mira las aguas muy densas
de un río que va a morir,

La gente sencilla y lenta,
está cerrando sus puertas.
Detrás y en gruesos clavos,
yacen las hoces más muertas.
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POR LOS OLIVARES VIENEN

Por los olivares vienen
de la mano tres poetas:
Federico va delante
con toda su muerte a cuestas.

¡Ay,  Federico García
y  por más nombre poeta!
Hoy te lloran tus amigos
esta muerte tan violenta.

Te sigue  Miguel Hernández
sonriente, soñador, el labrador de más aire
con sus alforjas repletas
de cantos, amor, poesía,
que esparce por su Levante y toda la Andalucía. 
Las campanas de su pueblo quedaron enmudecidas:
En la cárcel de Alicante
Miguel Hernández moría.

Más atrás y sosegado
Va don Antonio Machado.
Cabizbajo, sin mirar,
tan triste y acongojado
por tanta muerte sin par.
Es el otro españolito que se le heló el corazón
Y se quedó en otra tierra
triste, solo, ¡qué dolor!
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BAJO LAS RAMAS DE UN OLMO

Bajo las ramas de un olmo
me diste tu primer beso,
y yo te dije te quiero
Aquella noche dormimos
sobre unas hojas por lecho.
Allí sentí yo tu cuerpo.
Me desperté temprano
Cuando el sol se sentía.

En el tronco milenario
gravé tu nombre y el mío
y miles de cosas
que, por vergüenza, no digo.

Ven al campo mi niña,
que quiero verte mañana,
entre los trigales verdes
y amapolas coloradas.
Quiero darte yo mis besos,
en la humedad del rocío,
y el gozo de nuestros cuerpos.

Que pena que yo no pueda
decirle a los cuatro vientos,
que tú y yo, somos amantes,
porque sí, porque queremos.
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GITANOS
   
              Por los olivarillos
              van los gitanos.
              Un niño llora, llora,
              dentro del carro.

             

Su madre, allá en el río
siempre lavando.
El agua del arroyo
ahoga el llanto.
                                  Cuando sale la luna
                                  dentro del campo,
                                  una gitana baila
                                  con traje blanco
y le dice a la luna
manda los astros
pa que alumbren
la fiesta que paga el payo.
                                      Ya la luna se acuesta
                                      y las claras del día
                                      bordan el campo.
Los gitanos, muy juntos,
vuelven al carro.
Un niño llora, llora
siempre descalzo,
                                       y la gitana alegre
                                       y sin traje blanco
                                       ha sacado sus pechos
                                       pa amamantarlo.
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CASTILLO BELLVER

Una calle angosta me veía subir,
con un niño de la mano que caminaba despacio sin apenas sonreír.
Por la calle que anduvimos se llamaba Polvorín.
La pinada ya se ve, le decía, yo a mi niño y se ponía a reír.
Agua, agua me pedía, yo le decía que sí.
Las casitas, tan pintadas, allá abajo se quedaban.
Una mar limpia y serena lejos ya se divisaba.
Ya estaban cerca los pinos, allí un hombre me esperaba.
Abrazo al niño contento, sus ojos, le delataban, sin caer ninguna lágrima.
Amigos de pico y pala contemplaron la escena,
mientras el sol se alejaba.
Este hombre era mi padre, se cubría la cabeza con un sombrero de paja.
Allí estaban todos presos, por mil cosas mal contadas.
Yo volvería contenta, mi niño hacía palmas.
Las mujeres, de la calle, agua fresca ofrecían, que sed de todo había.
Subí más veces, pocas, en verdad se diga.
Mi niño estaba contento ya sabía dónde iba.
El encuentro de los tres, era de inmensa alegría,
yo contaba muchas cosas, mi padre poco decía…,
una peseta me daba para volver en tranvía.

TERESA MOLINA PASCUAL
























1 comentario:

  1. LA DESPEDIDA

    Rafael Torres agosto 2012

    Llueve sobre el andén de Los Sueños Imposibles.
    Tu mano mojada resbala sobre la mía.
    Tu cara en los cristales de la ventanilla,la última mirada
    y la huella de tu mano sobre mi mano alzada.
    Se desvanece tu tren en una bruma sin cielo ni tierra.
    Llueve sobre la mañana sin mañana.

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