domingo, 13 de enero de 2013

ACTA DE LA SESIÓN DEL 09-01-2013


 (Por María Jesús Ortega Torres)

         Con un aforo de veintiséis personas, comienza la tertulia de literatura post-vacacional, y después de los consabidos parabienes, y felicitaciones por el nuevo año, se sigue el orden preestablecido para este día, aunque, primero, se hacen las nuevas presentaciones por dos nuevas tertulianas: Cristina, se presenta y  dice acudir por envidia hacia nosotros y Katina, que acude, según dice, por su amor a la literatura. Más tarde se presentarán José Luís Rico, rapsoda y poeta, que quiere  escuchar la disertación  de su amigo, nuestro compañero de tertulia, pintor y profesor, además de poeta y escritor, Eduardo Lastres.
         Antonio Fimia, nos presentará a Mercedes Huesca, a quien también le gusta la literatura. Más tarde aparece  nuestra compañera Carmela con otro nuevo tertuliano.
 Preside esta sesión, la compañera Pilar Modrego y se comienza a continuación, la alocución sobre “ La  Composición Artística”, por Eduardo Lastres María .

 Nos explica Eduardo, que la composición está relacionada con el mundo de la creación, siendo su elemento clave. Sin unas reglas para partir, es imposible seguir un proyecto. Sin un principio la composición  no existiría.
Gracias al milagro de Internet, nos va mostrando la evolución de la creación en el ser humano, desde el Paleolítico, en donde vemos al bisonte de las  Cuevas de Altamira, surgir rotundo, y espontáneo, con otros elementos que lo acompañan de modo informal; más tarde en el Neolítico,  ya se prepara la acción, de caza,  por ejemplo, de manera lógica…, siguiendo en Persia con imágenes, colocadas, de modo determinado, y, aunque la composición no tendrá todavía su argumento válido, surge el “Canon” que da idea de las proporciones.
En el mosaico que se nos ofrece de Roma, el ojo se interesa por lo importante, ya  sabe dirigir, el artista plástico, la atención de los demás, a aquello que quiere.

Pitágoras (500aC-582C), filósofo y matemático griego, enuncia la “Sección áurea” o número de oro, que, en connivencia con la naturaleza (hojas, caparazón de las tortugas, caracoles…) es adoptada y adaptada por el hombre, tanto en el arte, como en la economía y en música, arquitectura, diseño etc.
 La relación entre la diagonal del pentágono y su lado, es el número de oro. Se forma una estrella de cinco puntas al unir los vértices del pentágono.
 Los números fraccionarios de los pitagóricos, pasan, a ser enteros, por la casualidad: lo tenían, era su propio símbolo, y se planteó como un módulo de perfección entre los griegos, extendiéndose después de modo universal.
Nuestro compañero y profesor, nos va mostrando maravillosas obras de arte, todas áureas, el Partenón en Grecia, obras pictóricas como “La Gioconda” y “El hombre de Vitruvio” de Leonardo de Vinci, también lo son, siendo esta última composición tenida como Canon de las proporciones humanas, y que, aunque su primer artífice fue el arquitecto Vitruvio, de quién tomó su nombre, Da Vinci, corrigió,  perfeccionó y aumentó lo estipulado por su antecesor Vitruvio,  sobre uno de sus diarios, alrededor del año 1490.
Nos muestra Eduardo la sección áurea en “Las Meninas” de Velázquez, explicándonos sus perfectas proporciones en el espacio, así como fotografías actuales claramente áureas. En “El gran masturbador” de Salvador Dalí, en los cuadros de Mondrián, aparece, de modo evidente.

El factor “tensión”, es primordial en una obra de arte. Esa mano en “La resurrección de Lázaro” (1609) de Caravaggio, que hace de centro del cuadro y que lleva, el ojo de quien lo mira, a ella, lo hace, por el efecto del movimiento que ocasiona la tensión, al igual que  en “La entrega de las llaves a San Pedro” de Pietro Perugino, (1482), las llaves son el centro del cuadro, lo que le da fuerza. Se distingue una perspectiva, que ya en el prerrenacimiento se ve en Gioto y la tensión que le da el movimiento al vuelo de los ángeles arriba, en la imagen que se nos ofrece, además, crea espacio. Nuestro Velázquez en “Las Meninas” (1656), también crea espacio
Anteriormente se nos han mostrado restos salvados de la ciudad de Pompeya (79 dC), que en frescos o en vasos, y representando escenas eróticas, también nos dan idea de una composición, con su tensión debida al movimiento  de las imágenes que la componen y a los contrastes del color.
Los renacentistas, italianos, Leonardo, Miguel Ángel, Rafael, nos muestran en sus obras, la perspectiva, (Leonardo) el dominio y recursos del color, (Miguel Ángel), y el análisis de dividir el cielo y la tierra, con el simbolismo que representa (Rafael). Toda la mesura de la sección áurea y la tensión, los tres.
La lectura plástica es muy importante y dependiendo de quien la ve, se aprecia o no se aprecia al artista. A Rembrant, en su tiempo, le admitieron muchas obras entre ellas “Lección de anatomía”, pero su atrevimiento al imponer otro estilo distinto a la época, le ocasionó un rechazo general por su obra “Ronda nocturna”, ya que los burgueses no entendieron esa nueva forma, y tuvo que dedicarse a sus propios autorretratos, de los que se cuentan casi noventa y dejan la huella de su personalidad desde los veinte años hasta su ancianidad.
Después de admirar obras de David (obviar lo innecesario, ir a lo que quiere pintar), Ingres, con su “Odalisca”,( sin artificios), se nos presentan los desnudos de  “La Venus del espejo” (1648) de Velázquez, “La maja desnuda” (1651) de Goya, que por su condición de desnudos fueron  difíciles de aceptar en ese tiempo…, pero que, cuyas composiciones, son perfectas. A continuación, nos llega “Olimpia” (1863) de Manet, que, inspirada en “La Venus de Urbino” (1538) de Tiziano (ambas tapan, con la mano izquierda, su pubis y muestran una similar posición), logra su gran virtuosismo, por su admiración y seguimiento hacia Velázquez, ya que acude a visitar El Prado y,  le deja la huella de su aprendizaje e influencia, iniciando una modernidad, que proseguiría en otras obras, con su concepto filosófico y de pensamiento. La composición es importante en la obra de Manet, y en “El desayuno en el campo”, a pesar de que el desnudo de la mujer, está en primer plano, los importantes son los dos señores vestidos con traje y encorbatados,  que hay charlando de sus cosas, y a la mujer la presenta desnuda, solo como objeto sexual, eliminando la parte intelectual. La mujer del segundo plano, apenas se percibe.
Importantes “Las bailarinas” de Degás, cuya posición es arbitraria, sin respetar lo anteriormente establecido. Es importante la sensación de movimiento. Van Gogh, influenciado por su religiosidad, pinta una iglesia a su medida, con caminos que no existen pero que son simbólicos para él, en donde, religiosidad y muerte se unen. En “Las señoritas del carrer de Avignon”, Picasso, lleva a cabo el proyecto de introducir en un cuadro los conceptos de ciencia y arte…, Braque, le espeta: “nos quieres hacer beber esto con petróleo”, pero después, se monta en el carro, a pesar de que Matisse le comenta: “no sé como tienes amigos como éste…”
Entre las imágenes que nos siguen pasando, vemos “Los nenúfares” de Monet y su aportación moderna. En los autores rusos como Malevich,  se expresa el momento pictórico, al abrir la puerta a la abstracción, con la geometría más estricta. A continuación se nos presenta “El Guernica” (1937),  el cuadro más importante del siglo XX, en el que a medida que va realizándolo, Pablo Picasso se va exigiendo más.
Vemos a continuación la transformación que Polloc hace de su pintura figurativa a otra, que, tomada de la naturaleza, cambia por su baile sobre ella. Se basa en la observación y distintos aspectos del entorno por las estaciones y cambios climáticos. Se nos muestra a un Roco experimental, a un Mondrián figurativo y su evolución totalmente áurea. Vemos a Rischter y el cuadro más valorado del mundo, hasta hoy, (23.1 millones de dólares), abstracto. La originalidad, se da cita, en esta lección magistral, con la visión  de la obra escultórica de Richard Serra, un minimalista que trabaja con planchas, y, colocándolas a pesar de su formidable envergadura, divide el espacio y lo hace inhabitable, no transferible… Vemos algunas obras de Lucian Freud con sus imágenes retorcidas, a Bacon, y su obsesión por Velázquez y su Inocencio X, que él repite, con estilo moderno. A continuación el “pop-art” de Warhool y un relieve maya, muy esquemático, de un artista que murió de Sida.
El profesor y compañero tertuliano, Eduardo, nos ameniza el final de su exposición con cuatro minutos de el  “Cuarteto nº 10 de Beethoven, opus 131”, no sin antes haber recibido un fuerte aplauso de quienes hemos asistido a su convocatoria.

Se acuerda, como orden del próximo día dieciséis, presentar y votar un nuevo libro para leer y los comentarios sobre los textos que de “El Quijote” de Miguel de Cervantes, tenemos establecidos (capítulos XXII a XXXII).

Se acaba recitando, como teníamos previsto, obra de algunos poetas de la Generación del 27, elegidos libremente por los tertulianos, según gusto y afinidades.

El poeta y rapsoda José Luís Rico recita de Luís Cernuda:
                  “No decía palabras”
              La primera de sus estrofas dice:
No decía palabras/acercaba tan solo un cuerpo interrogante/porque ignoraba que el deseo es una pregunta, /cuya respuesta no existe, /una hoja cuya rama no existe/un mundo cuyo cielo no existe.

María Jesús Ortega, recita de Rafael Alberti: “Los ocho nombres de Picasso”
                            Una de sus estrofas dice:
¿Cómo hubiera pintado Diego Picasso /cómo José Picasso, /cómo Francisco de Paula Picasso,/cómo Juan Nepomuceno Picasso,/cómo María de los Remedios Picasso,/cómo Crispín Picasso,/cómo Crispiniano de la Santísima Trinidad Picasso?

José Luís Rico recita de Jorge Guillén: “La celinda”
                 Su primera estrofa dice:
Yo recuerdo este olor; /Algún día feliz;/Algún día de paz/¿Fue allá en el Sur?/¡Oh sí! Celinda: un sabor, un olor…/ ¿Allá en el Sur? Tal vez…

Elena Escolano, recita de Gerardo Diego: “El ciprés de Silos”
                  Su primera estrofa dice:
Enhiesto surtidor de sombra y sueño/que acongojas al cielo con tu lanza. / Chorro que a las estrellas casi alcanza/devanado a sí mismo en loco empeño.

Rafael Torres, recita de Joan Manuel Serrat: “Cançó de matinada”
          Su primera estrofa en su lengua vernácula (catalán) dice:
Ens lo ha de dir la veu tremolosa y triste d’un campanar/Un cop de llum i el crit de una garsa/que ha despertat amb fam/i busca per entre blats i civades/qualsevol cosa per omplir el pap.

José Luís Rico recita un poema suyo: “Me ha llegado la hora del espejo”
                   Una de sus estrofas dice:
La muerte tiene sangre/y mis huesos son largos/ y suenan como flautas.


Nos despedimos hasta el próximo miércoles. 

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